domingo, 6 de julio de 2014

Leyendo, orando, viviendo... que son gerundios

¡Menudo ejercicio me asignó Drew! ¡Memorizar las bienaventuranzas del sermón de la montaña!... Por supuesto, eso implica interpretar sus significados, meditar y orar acerca de la forma de hacerlas parte de la vida diaria. No ha sido fácil. Pienso que voy a tardarme toda la vida y parece que esa es la idea.

Para estas semanas añadió la lectura de Romanos 3 y 5, oración y meditación incluidas. También me pidió consultar sobre las virtudes cristianas (sin preguntar, supuse que se refería a las tres teologales y las siete que la doctrina opone a los siete pecados capitales).

¡Alguna vez escribí un divertimento oponiendo un pecado a otro, porque es claro que no es posible practicarlos todos al mismo tiempo! Ahora voy a tener que re-encontrarme con las virtudes y me propongo que sea divertido y trascendente.

Me parece que los capítulos que leí en la Epístola a los Romanos explican que no hay contradicción entre Fe, virtudes y obras. Conocemos por la Fe, y la Fe nos guía, pero no hay Fe sin obras, que las obras no ocurren por atender a cierta Ley, sino como consecuencia natural de la Fe.

No estaba muy consciente de la forma en que estas cosas se van conectando. Después de todo, no debería sorprenderme, puesto que se trata de un cuerpo de doctrina bastante unificado.

Me di cuenta de que las bienaventuranzas que voy a interiorizar, no solamente corresponden con la promesa de alguna recompensa, sino que tienen relación con las virtudes que Drew me pidió repasar, y con las obras que ellas impulsan, sino que parecen nacer a partir de un sentimiento de carencia, limitación o debilidad personal. En otras palabras, este proceso de estudio y oración ha hecho que perciba lo que he resumido en la tabla siguiente. Sentimos y reconocemos una carencia o limitación natural (columna 1). Me parece que el reconocimiento de esa necesidad es el origen y manifestación de una virtud interior (columna 2) y el impulso de una acción u obra virtuosa (columna 3). Cristo nos promete que ese proceso, que he representado en los nueve renglones de la tabla, traerá como consecuencia un don, una recompensa (columna 4).

El significado de cada concepto, no es claro a primera vista. Tiene que ser interpretado. Meditar y orar sobre ello ayuda a comprender. Pero como se lee en Proverbios 3, versículo 5: Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia (otra tarea que Drew me asignó para estos días).



NECESIDAD
VIRTUD INTERIOR
OBRA VIRTUOSA
PROMESA
CARENCIA EN GENERAL, LIMITACIÓN,
DEBILIDAD
ESPÍRITU DE POBRE:
RECONOCERSE NECESITADO
DAR VESTIDO
DAR POSADA
DAR COMPAÑÍA
DAR CUIDADOS
AYUDAR
REINO DE DIOS
DOLOR, DUELO,
PÉRDIDA
VIVIR EL DUELO
CONSOLAR
CONSUELO
DISGUSTO,
DESAGRADO
MANSEDUMBRE, PACIENCIA, HUMILDAD
SER SOLIDARIO
HEREDAR LA TIERRA
HAMBRE Y SED O
ANSIA DE JUSTICIA
TRABAJAR POR LO QUE ES JUSTO
DAR DE COMER,
DAR DE BEBER
SER SACIADO
INCOMPRENSIÓN
EMPATÍA
PERDONAR
MISERICORDIA
IGNORANCIA,
DESORIENTACIÓN
SINCERIDAD,
AUTENTICIDAD,
TRANSPARENCIA
ENSEÑAR,
ACONSEJAR
VER A DIOS
DISCORDIA
TRABAJAR POR LA PAZ
RECONCILIARSE
SER HIJO DE DIOS
MIEDO,
RESTRICCIÓN
FE
ESPERANZA
SER BUEN EJEMPLO
REINO DE DIOS
ACUSACIÓN FALSA,
PERSECUCIÓN
CERTEZA,
CONFIANZA EN DIOS
GUIAR
GOZO


Orar es amistad con Dios. La amistad no es una cosa formal, pero tampoco carece de forma. La cultivo, implica ciertos comportamientos, comprende obligaciones y aun disciplinas; la desatención es capaz de matarla. Hay que aprender a orar, seguir cierta ruta:
  1. Preparación. La oración es espontánea, pero esa espontaneidad florece en un terreno preparado.
  2. Quietud. Se puede orar en medio del bullicio de la ciudad, pero antes hay que haberlo aprendido en  introspección callada y calmada. Para aprender a orar hay que aprender a meditar y a percibir nuestro interior y su unidad con el Universo, con el mundo en el que existimos.
  3. Enfoque. Consciencia propia. Percepción del mundo. Enfoque en Dios.
  4. Fe. La oración tiene sus raíces en nuestras certezas, no en nuestras dudas y temores. "No temas; solamente ten fe." (Marcos 5:36). "Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis." (Mateo 21:22). "Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo." (Juan 14:13).
  5. Acción. Las virtudes, que nacen de la Fe y del sentimiento de lo que necesito, no arden solamente en mi interior. Me impulsan a la acción, a las obras.
Ahí voy. Ahí va el extraño periplo de mi vida. Espero sus comentarios.


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