martes, 21 de mayo de 2013

La Ciencia en mi Vida


Propuesta para trabajo final
Del curso “Pensamiento Científico”
que imparte el Dr. Carlos Gershenson.

Mi vida

To begin my life with the beginning of my life,
I record that I was born...
Charles Dickens. 1850. David Copperfield. London. Bradbury & Evans.
Mi vida comenzó en noviembre 1943. Era lunes. Eran las once de la mañana.
Ese año nació también el Paricutín que, se dice, es el volcán y el volcán apagado más joven del mundo. Hubo personas que lo observaron, desde su nacimiento hasta su extinción: lugareños, el pintor Gerardo Murillo, mejor conocido como Doctor Atl, y seguramente algún vulcanólogo.[1]

Para no abusar de mi eminente contemporáneo, mencionaré ahora rasgos de mi vida que pueden tener relación con la ciencia, y diré cómo la ciencia puede tener relación con mi vida, que no es lo mismo, pero es igual.

Mi padre fue médico y mi madre educadora de párvulos. No todos los médicos ni todas las educadoras son personas cercanas a la ciencia. No sabría decir que tanto lo eran mis padres. Puedo afirmar que él fue un devorador de libros; llegó a reunir cerca de cuatro mil volúmenes, la mayor parte comprados en el centro de la ciudad de México, en librerías de viejo, a muchos los mandó encuadernar con tapas rígidas, percalina con lomos de piel, bellas guardas entre las hojas originales y las cubiertas. Ella no leía tanto, pero escribía mucho, con bella caligrafía. Puedo decir que mi padre me enseñó a leer, aunque no lo hizo desde las primeras letras, y que mi madre me enseñó a escribir, desde los trazos primeros, con tan buen resultado, que mi letra manuscrita es muy legible.
No obstante haber sido en la escuela un alumno aplicado, mostré más iniciativa que disciplina. La gente esperó de mí una variedad de cosas que no cumplí. Estudié medicina por dar gusto a papá, pero como me agradó, continué con empeño y después de alguna práctica de especialidades, me inicié en la clínica. En el camino dediqué tres años a un doctorado en la Universidad de Sussex, Inglaterra; en Ingeniería Biomédica. Trabajé como “profesor-investigador” en la UAM-Iztapalapa, Área de Ingeniería Biomédica. Afirmo, sin pena, que la investigación y la tecnología no fueron mi fuerte y que, en cambio, disfruté mucho la docencia y la administración académica. Simultáneamente, realicé pruebas funcionales respiratorias en el Servicio de Neumología del Hospital General de México, fundé y dirigí el Departamento de Ingeniería Biomédica de ese hospital, y atendí un consultorio médico privado como internista y neumólogo.


A partir del año 2000 dejé mi trabajo hospitalario y universitario. Seguí en la práctica privada por diez años más, y desde 2010 soy médico en un asilo para ancianos cerca de San Miguel Allende, Guanajuato.
Me gusta estar al tanto de avances científicos y tecnológicos leyendo cada mes el Scientific American. Consulto y estudio en Internet lo que necesito para atender a los ancianos. Soy un observador cuidadoso de lo que ocurre en torno mío. Me fascina identificar planetas y constelaciones en el cielo nocturno. Impartí cursos en línea a maestros de media superior; entonces estudié pedagogía y epistemología, de manera autónoma. Imparto anualmente un curso a público general, sobre cuidados al adulto mayor; he ido mejorando el programa y los materiales didácticos; estudio todo lo relativo al cuidado habitual, especial y médico de las personas ancianas y lo confronto con mi experiencia cotidiana.

La ciencia

On fait la science avec des faits, comme on fait une maison avec des pierres;
mais une accumulation de faits n'est pas plus une science
qu'un tas de pierres n'est une maison.
Henri Poincaré[2]
En este curso he aprendido acerca de lo que es y lo que no es la ciencia. He reafirmado mi opinión de que la ciencia es algo que está al alcance de cualquier persona. Que, aunque recibe impulso indudable de quienes le dedican su vida en laboratorios, observatorios y campo abierto; aunque se alimenta de miles de publicaciones en todas las lenguas y en todos los países; aunque posee un acervo incalculable de información organizada y sistematizada; tiene mucho que ver con todo lo que observamos, hacemos, intuimos, pensamos, probamos y sabemos.

En particular me entusiasmó volver a encontrarme con lo que, desde el enfoque sistémico hasta el pensamiento complejo, ha hecho que la ciencia sume a su afán de analizar y diseccionar, un esfuerzo creciente por sintetizar, incluir un número grande de objetos e interacciones, estudiar las cosas como conjuntos de componentes inter-relacionados, cuyo pasado y futuro es casi imposible de conocer.

Si scientia, scientiae significa ciencia, conocimiento, habilidad; si el verbo scio, scire significa conocer, saber, comprender; si el adjetivo sciens, scientis significa conocedor, entendido, experto, hábil; si la ciencia no está encerrada en bibliotecas y laboratorios de universidades y tecnológicos. Entonces mi vida tiene mucha relación con la ciencia y la ciencia tiene mucha relación con mi vida.[3]



[2]  La ciencia se construye con hechos, como una casa se construye con piedras; pero un cúmulo de hechos no es ciencia más que lo que un montón de piedras es casa. Henri Poincaré. (1854-1912). Citado por: http://goutte-de-science.net/blog/tag/henri-poincare/


[3]  Adapté la Paradoja del Gato con Mantequilla, de: http://goutte-de-science.net/blog/le-paradoxe-felino-tartinique/, de donde copié la ilustración.

1 comentario:

  1. Alguna vez vi ese experimento cruzado del gato-pan con mantequilla. Alguien comentó: "la solución es que el gato se come la matequilla y cae sobre sus pies", jajajajaja. ;)

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