sábado, 28 de marzo de 2009

¿Maestros por qué?

Diversos sucesos han conspirado para conectarme, en el papel de docente, con algún grupo de estudiantes. Esto ocurrió muchas veces en el curso de los años. Pero ahora, cuando menos lo esperaba, me he encontrado pensando acerca de ser maestro.

El contexto en el que esto ha tenido lugar es el de la educación en línea, conocida, sin mucha propiedad (pienso), como educación a distancia. Yo digo que toda educación es a distancia, unas veces corta, otras veces larga. Nada puedo imaginar entre dos o más actores sin distancia alguna entre las partes. Hasta entre los átomos de un cristal hay distancias. No sólo distancias, sino diferencias.

Educan, primeros en el tiempo, los padres, los hermanos, otros familiares, los amigos, empleados de la casa, los vecinos. Nos llevan, a propósito o sin siquiera pensarlo, hacia lo que conocen. Celebran y hasta premian (sonrisas, besos, caricias, miradas y más) lo que les agrada del comportamiento nuestro; también castigan lo que no les gusta. Y ahí vamos, entre juegos y la­bores, explorando el mundo y la vida.

No importa que no asistamos a la escuela. Sin leer ni escribir, recibimos las pri­meras lecciones y aprendemos las primeras destrezas. Luego iremos a la escuela. Pero esta habrá empezado cuando hayamos caminado ya un buen trecho, quizás el más definitivo, aunque también, tal vez, el menos recordado. Las personas que hasta entonces nos han acompañado por la vida, es muy probable que nunca hayan dedicado un rato de meditación a su labor educativa, menos aún habrán conocido sobre teorías acerca de la enseñanza, el aprendizaje, el conocimiento. ¿Les habrían servido de algo?... Lo dudo... Los guía el instinto, el amor, otros impulsos que no deseo enumerar aquí.

De los cuatro o cinco años de edad en adelante, tal vez antes, pero ya encaminada nuestra formación, tendremos que vérnoslas con escuelas, educadoras y educadores profesionales. Supongo que años de estudio, así como recursos, técnicas y materiales, valen poco o nada sin una disposición personal para educar. Por eso es que aun antes de la historia hubo educadores prolíficos. No cuesta trabajo encontrar algunos en la antigüedad; me basta con pensar en Sócrates y para no limitarme a ese insigne y crítico conservador, en Demócrito, contemporáneo de aquel, aunque presocrático en su forma de pensar.

En su afán de aprender, Demócrito viajó por el mundo de manera tan extensa que aún hoy sería difícil incluso en Internet. Practicaba la frugalidad, la moderación y el sentido del humor como fuente de la felicidad. No estaba conforme con la oligarquía helénica y soñaba con que los bienes de la educación alcanzaran a todos.

Sin desdén por los teóricos y practicantes contemporáneos de la pedagogía, me interesa conocer a los educadores de diferentes tiempos y lugares. Me parece poco afortunado que se haya empleado la denominación "educación tradicional" para referirse de manera casi exclusiva a la pedagogía que comenzó a tomar forma en Europa y América alrededor del siglo XVII. El hacerlo, excluye tradiciones educativas de otras épocas, regiones y culturas, a las cuales, no obstante, se aplica con también con cierta frecuencia el calificativo de "educación tradicional". Peor aún me parece el que se emplee la expresión "educación tradicional", como sinónimo de educación con poca o nula base teórica, víctima de errores lamentables, a la que hay que desechar como cosa de poco valor, cuando no verdaderamente perjudicial.

En sucesivos aportes a este blog, me referiré a las ricas y fructíferas tradiciones educacionales en la que educadoras y educadores de diferentes culturas han abrevado. Mi deseo es examinar, sus virtudes y fortalezas, así como sus debilidades y limitaciones. Pienso que el estudio del pasado no sólo ayuda a no cometer errores, sino, sobre todo a recordar, valorar y adoptar virtudes. Espero que entonces quede claro que no todo es el siglo XX o el XXI ni todo es Europa y Norteamérica. Con base en el pasado y con visión de futuro, pretendo traer a la discusión diferentes tradiciones junto con las ricas corrientes pedagógicas contemporáneas.

1 comentario:

  1. Muy bien compañero. Tus aportaciones son valiosísimas, en verdad he aprendido mucho de ti y tu visión de vida. Tu artículo es una buena introducción y justificación de los contenidos revisados en la especialidad.

    Felices vacaciones.

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